Nuestros productos

Legacia Blanco

M. Tequilera: Sandra Luquín.

Su notas nos recuerdan al agave cocido, hierbas frescas y un toque sutil a pimienta. Cálido pero suave en el paladar, nos regala un final agradable de agave maduro, con un recuerdo ligero a té de menta.

Ideal para abrir el apetito o acompañar un buen plato de carnes frías y quesos. Se recomienda degustarlo en una copa delgada estilo riedel.
De amatitán jalisco, 750ml, 40% alcohol

Legacia Reposado

M. Tequilera: Sandra Luquín.

Reposado 11 meses en barrica, predomina el aroma del agave cocido y roble. Al gusto es delicado, pero con el carácter clásico que brinda la madera. Tiene notas almendradas y un toque de cáscara de mandarina. Un final a nuez tostada, hierbas finas.

Disfrútalo en reuniones con amigos y familiares; merece ser compartido. Se recomienda degustarlo en una copa delgada estilo riedel.
De amatitán jalisco, 750ml, 40% alcohol

Legacía añejo

M. Tequilera: Sandra Luquín.

Reposado 24 meses en barrica, de excelente cuerpo, aromático, sedoso, con evocación a vainilla, ciruela y caramelo. Ligeramente especiado, se percibe la madurez que le brinda el roble con un final a maple y avellana tostada.

Tomarse el tiempo para apreciar sus detalles es un verdadero lujo para los sentidos. Se recomienda degustarlo en una copa delgada estilo riedel.

De amatitán jalisco, 750ml, 40% alcohol

Legacia Extra Añejo

M. Tequilera: Sandra Luquín.

Reposado 36 meses en barrica. Por su naturaleza es elegante, de gran carácter y cuerpo robusto. Predominan las notas a madera de roble, nueces tostadas, dátiles secos. Sutiles recuerdos de chocolate amargo, con un final a nueces caramelizadas y especias.

Ideal para celebrar un momento especial y apreciarlo con calma. Se recomienda degustarlo en una copa delgada estilo riedel.
De amatitán jalisco, 750ml, 40% alcohol.

Legacia Cristalino

M. Tequilera: Sandra Luquín.

Su proceso le brinda cualidades interesantes. Se deja reposar 11 meses en barrica de roble para después ser filtrado a nivel molecular. Ofrece una combinación armoniosa de las mejores cualidades de los tequilas clásicos. Su carácter y sedosidad es similar a un añejo, pero conserva su esencia de agave cocido, con un toque herbal característico de un blanco. Su final es limpio y fresco.

Perfecto para acompañar tu comida favorita con amigos y familiares.

De amatitán jalisco, 750ml, 40% alcohol

Legacía Espadín

M. Mezcalero: Ignacio Gutierrez.

Un clásico que se distingue por la nitidez de sus sabores. Nos presenta un ahumado de agradable balance, con notas de agave maduro, aromas y sabores herbáceos que evocan a un delicioso té, con un final ligeramente dulce.
46% alcohol, 750ml, de Matatlán, Oaxaca.

El maguey espadín requiere 8 años de maduración. Las piñas son cocidas en horno cónico de tierra cubierto con piedras calientes. La molienda se hace en una tahona chilena tirada a caballo. Se destila dos veces en alambique de cobre.

Legacia Tobala

M. Mezcalero: Ignacio Gutierrez.

De complejidad media alta, nos regala una sensación exótica y trópical. Su ahumado es cálido y reconfortante, con aromas que nos recuerdan a cáscaras mandarina, naranja y guayaba. Al gusto es cítrico con un toque herbal, mineral.
44% alcohol, 750ml, de Matatlán, Oaxaca.

La variedad silvestre tepeztate requiere de 12 a 15 años de maduración. Las piñas son cocidas en horno cónico de tierra cubierto con piedras calientes. La molienda se hace en una tahona chilena tirada a caballo. Se destila dos veces en alambique de cobre.

Legacia Cuishe

M. Mezcalero: Ignacio Gutierrez.

De complejidad media alta, con personalidad sofisticada, terrenal. El ahumado delicado, de textura sedosa y elegante en el paladar. Prevalecen notas secas a hierbas, especias finas. Sus minerales evocan a la frescura del barro. Final mineral herbal que nos remonta a la brisa de lluvia.
44% alcohol, 750ml, de Matatlán, Oaxaca.

La variedad silvestre Cuishe requiere de 13 a 15 años de maduración. Las piñas son cocidas en horno cónico de tierra cubierto con piedras calientes. La molienda se hace en una tahona chilena tirada a caballo. Se destila dos veces en alambique de cobre.

Legacia Tepeztate

M. Mezcalero: Ignacio Gutierrez.

De complejidad alta, sus notas de origen silvestre se desenvuelven en el paladar poco a poco. Al gusto y olfato es de un ahumado refinado, minerales terrosos, notas florales nos recuerdan a pétalos de rosas y jazmín. Su final es floral, dulce, ahumado producto de su lenta cocción con piedras calientes.
44% alcohol, 750ml, de Matatlán, Oaxaca.

La variedad silvestre tepeztate requiere 25 Años para su maduración. Las piñas son cocidas en horno cónico de tierra cubierto con piedras calientes. La molienda se hace en una tahona chilena tirada a caballo. Se destila dos veces en alambique de cobre.